lunes, 14 de diciembre de 2009

No me hagan caso

Cuando me senté en mi cama a las 6 de la mañana en una mañana de tantas para irme a la oficina, me puse a pensar, en "ese amor tan blanco, y la gente tan en tierra" en ese marinero que zarpa mar adentro en busca de su Movy Dick, me dije a mi mismo (en mitad de Octubre) que era hora de poner un fin a tanta cosa.
Empecé a desempolvar viejas canciones, poemas, relatos, cartas, fotos, esquizofrenia, ansiedad, y una que otra guitarra sin cuerdas, para darle algún nombre a lo que venia sintiendo, y que a la larga no encontró mejor partida de nacimiento:"El mundo, contado al revés."
De todo eso, saqué lo mejor, desde el año 2002 hasta el 9, di forma a esa pintura Dalì y esa estrofa perdida de Mozart, lo sé, pague factura, como cualquier escritor que sueña demasiado.
Hoy, 14 del mes 12, me siento atraído por el olvido, por la negligencia emocional, quizás por la traición, a lo peor por el pasado, volver a esos días sin dormir, muerto en cafeína, coca (de la negra) y la nicotina como una única compañera.
El atardecer me brinda unas lineas para darlas en fruto a lo que siento, me doy remezones en mi hamaca, y despierto con mis Ray-Ban de 3 dolares, en pleno sol, coqueteando con melancolías creídas olvidadas.
Si me lo preguntan, si, la quiero demasiado, ¿Lo merece? no me interesa, necesito dárselo, ¿Qué cosa? mi corazón.
Actualmente, quienes me conocieron mejor y ahora están en algún otro lugar del universo, (entièndase: fallecidos) se sorprenderán de verme así, ya no tan loco, aunque los pocos que han leído mi gigantezca obra de pequeño tamaño no alcanzan a comprender de que se trataba el asunto, y merezco ser llamado "Bala perdida" literariamente hablando, por esas costumbres de jugar a "las comas a y los puntos" como le escribía Arjona a Joaquín (Sabina).
Esta bienvenida en la historia me deja una reflexion: Deja siempre lo mejor de ti cada día, deja de pensar en cambiar el mundo, es un chiste mal contado, y si me quedan ganas volveré a juntar 8 pela fustanes con ansias de gloria en una guerrilla Alfarista, propias de allá de donde vengo.
El trajín propio del negocidio, las amistades brindadas por desconocidos, y las imàgenes intactas en mi inquieta cabecita, me devuelven la fiebre y la tos de media noche, gozando de adjuntar la epidemia de la vida de fantoche.
Tengo un pie en el norte, en donde empecé a escribir precisamente la historia, hace ya 5 largos años, pero no quiero irme, y si me voy no quiero volver. Porque las cosas de ella, que me envuelven, me dan vida, me sumergen en esa ternura, y en esa bitácora de silencio, que se queda pensado y obligando a la razón a pensar un poquito menos, porque "la musa es una sola musa" y mi musa la tengo clavada en mi cruz, y dandome vinagre cuando tengo sed, y apuñalandome al costado cuando quiero otra cosa, pero axorcizandome tanto pasado y tanto ego, con ese amor muy común y a la vez muy poco común.
En virtud de lo acontecido, quiero manifestar a modo de confesión, que ese sueño raro que tuve el otro día, eso de que ella y yo teníamos una hermosa, bella, y preciosa hija, me hizo entender de que debo anclarme, y dejar de pagarle tanto a la soledad y a la nostalgia, me hace mal, lo dicen todos (Marconie incluido).
Cuando lo soné sentí que era mi salvavidas, mi inspiración para alejarme de tanta cosa, mi visa hacia el cielo, nosotros, 3 en ese sueño, 2 ahora y tan estúpidamente separados, sabemos muy en el fondo que de algo vale soñar, y que cuando se sueña es porque algo te quiere decir el flaco de arriba.
Eramos padres, y creo que se llamaba Florencia, no lo recuerdo bien, pero el nombre seria lo de menos ahora, si vale la pena soñar, y más aun cuando se trata de ella y yo.
Esa niña que vi en mis manos, hermosa como la madre, me dijo con los ojos: "Si los dos no se entendían, para eso estoy aquí..papá."


Perdonenme la nostalgia, No me hagan caso.

Miguel.

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