domingo, 27 de mayo de 2012

Tener derechos e izquierdos

Tengo derecho a decir que no eres para mí
A remendar las cicatrices del acné,
A los besos que se desinflan en el aire porque sí,
A decir, después de ti, que no eres para mí.

A nombrar a tu santa madre si discutimos,
A perfilar un hasta nunca por debajo de la puerta,
A ser el otro, hacerme exquisito,
Decir, después de ti, que no eres para mí.

Tengo izquierdos que laten y bombean sangre,
El mismo sitio en la cabeza a la hora de votar,
A sentir como el idiota que soy por vuestra parte,
Que no eres la musa que quise enjaular.

Tengo derecho a beberme el despecho,
El destierro de cama, la llama con frío,
El abrigo de la tarde que no sirve de nada,
La puta de la esquina que besa más lindo.

Tengo izquierdos que miran por el retrovisor,
Que enervan el champagne y la madrugada,
Las tildes y las comas de la menstruación,
Que escondieron las llaves de tu espalda.

Tengo derecho a decirte putita, malvada, infeliz,
Perrita que suda, ama de alhajas, infame, ruin.
A renegar de las tardes de verano que no quisiste conmigo,
Como el esparadrapo que negaste usar para ocultar tu cicatriz.