domingo, 13 de marzo de 2011

Perlas para el crucigrama

No te cambiaría nada, ni tus ganas de cambiarme
Ni las sábanas malas de la noche cobrando regalías
Ni mi solo queriendo acompañarte.

No te daría nada que no tenga
Quizás el soborno los domingos frente al mármol
Donde juegan los ángeles caídos con blasfemia
Y la transnacional de enlatados haciendo feria
Con la usurera de condones del Vaticano.

No te daría ni un beso robado
Mejor robarte un banco,
Aunque muera de sed sin tu boca
Déjame vivir un par de noches escribiendo mi vinagre para ahogados.

Dame los miércoles de jazz
Y no toques mi tabaco
Que prometo darte las madrugadas
Dónde hacerte el amor haciéndome a mi
Dibujándote un corazón rojo en la mano.

Si te defraudo, ódiame por querer quererte
Que mi único pecado fue nacer en otro parto
Distinto al tuyo, en una cama de clínica central sin repelente
Luego quemada por un fulano.

Si te dejo mis libros, pásales la polvera cada ocho días
Y cuidado con mi botella vacía de Johnnie Walker
Que me costó una noche de discoteca tripartita
Y el beso de mujeres, que guardé, pero olvidé dónde.

No te nombraría nada, quizás mi apellido haciéndole sombra a tu nombre
Y déjame escaparme diez minutos por un cigarrillo
Si tu dios te perdona los pecados, perdóname tú mis vicios.

Si te dejo sola un momento
Es por querer hacerme compañía
Dicen que somos diferentes
Y aquí, ¿qué hubiera hecho Roma sin el término en romería?
Si te ves en mi espejo y me regañas
Por no salir a sudar ni un poquito
Te juro desde el fondo de mis entrañas
Que lo mío siempre fue el humo y la poesía
Siempre y desde pasado mañana, me quiero contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario