domingo, 4 de septiembre de 2011

Hojas de Soho

Cuando te asomas a una alcantarilla fumando colillas en hojas de Soho,
Cuando es un alboroto besar sin transbordo en la esquina.
Cuando te muerdes la lengua dejándome en quiebra de noche,
Cuando eres puritana con rabito feliz y carpetas manila.

Yo tan seco, tú tan florero.
Tú tan Montera, yo tan torero.
Tú tanta hostia, yo tanta cocaína.
Yo tanta calle, tú tanta limusina.

Cuando sabes a verano y yo tan caliente,
Cuando diente por diente son pie de notas de los diarios.
Cuando en los armarios se arman los vaivenes,
De besos ahogados con puentes de secretos oxidados.

Yo tan faquir, tú tan derroche.
Tú tan de aquí, yo tan sin dónde.
Tú tan bluejean, yo pantalón de pinzas.
Yo tan sin ti, tú tan solita.

Cuando apunta la escopeta del idiota de Oslo,
Cuando entre nosotros hay más crímenes que narcos.
Cuando cierra la espalda porque hoy es muy pronto,
Cuando la noche de sábado es un condón apolillado.

Tú tan cómo, yo tan por qué.
Tú tan mañana, yo tan de ayer.
Tú tan Rocamadour, yo tan cerveza,
Yo tan nicotina, tú tan cereza.

Cuando salen y purgan los versos en desuso,
Cuando «Trasnoche a lo sumo» es todo menos mero contrato,
Cuando paso a paso te escondes los dedos,
Del juego precario de los dioses, pandilla de vagos.

Cuando el sudor es un trecho muy corto y estrecho
Cuando el cielo es al revés del infierno, un cliché malogrado,
Cuando hay parasoles encima de la cama,
Cuando las alpargatas se suman a tus labios.

Me piden visa en los moteles, por haber dejado un cheque un blanco,
No encuentro rimas ni mujeres, que besen como besan desencantos.
Dejando a un lado los parasoles, llegando solo y desarmado,
El poeta endulzado con azúcar, es un idiota mal atado.

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