lunes, 21 de febrero de 2011

Llueve dentro del cuarto.

Acaso ya no duele tanto agitar el corazón
En esa barra de bar barato escuchando jazz
Cuando menos se necesita a la razón
Más pone en tu dedo meñique el anillo.

Vi caer su espuma en una noche
Dentro de un cuarto frio de motel
Sin más ni más volviendo a las contradicciones
De lunes, con la religión y la prensa de ayer.

Me vi en la tele, en los diarios
En la estufa, en los calendarios
Con tus fotos de puritana no tan santa
Y tu cárcel de chicle hecha en el armario.

Me dijo mientras me daba su amor como souvenir
-soy casada-
-Pues esconde la cedula, rubia- respondí
Cuando empezaba abrazar su cintura
Nos apagaron la música y todos a dormir.

Y la acompañé a esperar su taxi
Para agradecer que se sentase en mi mesa, en Quito.
Olvide pedirle el número,

 no era fácil
Después de tanto whisky volví a soñar con el suicidio.

Me vi en la tele, en los diarios
En la estufa, en los calendarios
Con tus fotos de puritana no tan santa
Y tu cárcel de chicle hecha en el armario

Y tú ¿crees que no estoy harto de masturbarme el corazón?
Me repetía el cenicero de madrugada
De tanta mochila en la espalda sin valor
Me quedo soñándola en la almohada.

Porque apagaba la colilla en su espalda
Y el beso se reía en mi reloj
Por haber sido poeta en Manhattan
Donde un taxista hacia de exorcista con mi corazón.

Llueve dentro del cuarto
Y del quinto, del viernes, del fin de semana.
Duele volver al polvo los sábados
Enferma verte los domingos disfrazada.

Me vi en la tele, en los diarios
En la estufa, en los calendarios
Con tus fotos de puritana no tan santa
Y tu cárcel de chicle hecha en el armario.

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