domingo, 14 de noviembre de 2010

Clímax de jueves

Teníamos planeado arribar a eso de las 4:30pm (hora local) pero por tráfico y demás asuntos llegamos hora y media antes de que empiece todo. Después de 6 cigarrillos y tanta ansiedad, pudimos empezarlo. No tenia la nashville ni la foto encima del piano, pero las cargaba en el rosario del cuello recordándome las madrugadas donde escribía tanta dialéctica. Nunca pensé, lo juro, llenar el auditorio, cuando entraron al camerino, yo con el aguardiente en la mano para apagar los nervios, me dicen "Miguel, tienes a 120 personas afuera esperando por ti". Era posible, no podía salir, tan ansioso, y entran a buscarme por segunda vez: "Mira sobre sus cabezas, no mires a nadie, concéntrate, es tu noche, es la gloria que mereces.." me decía el bajista. Como cuando conocí el Reales Tamarindos a los 3 años de edad, al salir y verlo me sentí duro, ¡Cuánta gente para este servidor!. Un montón de gracias a todos por estar presente, a los que tuvieron que escucharme de pie porque el auditorio no daba para más, a los que vinieron de lejos, a los que estuvieron conmigo desde otras partes de la existencia, a los que no fueron, a los que mintieron, a los que me decían que de esto no iba a vivir, a los que me daban por muerto, a los que me ayudaron con esto.
¿Qué tenia en la mente en ese momento? flashback de un niño de 14 años escondido debajo de una mesa de pingpong soñando con algún día ser leído.

Sólo puedo deciros: Gracias.

Miguel Alavalcívar
Guayaquil, 14 de noviembre, 2010
2:19am